Los ladridos constantes que incomodan a los residentes del piso son una problemática a resolver en la propiedad horizontal. Esto es posible si hay un diálogo cordial de por medio.
Francisco Martínez, médico veterinario, indica que dejar solo al animal, sin incomodar al vecino “sí es posible”, ejecutando unas estrategias.
“Lo recomendable es que se vaya haciendo una programación neurológica, ir saliendo poco a poco, primero de 10 a 15 minutos, luego una hora y así sucesivamente. Hablarle cuando llegue para que él (la mascota) entienda que su dueño va a volver. Si se hace de manera abrupta, los animales empiezan a tener problemas de comportamiento, miedo o ansiedad por separación, fobia a los ruidos y por eso hay que hacerlo paulatinamente”, expresó.
El veterinario sostiene que el tiempo máximo al que se le debe dejar solo al canino es de 12 horas, siempre y cuando ya se haya habituado correctamente y garantizando su bienestar y comodidad.
“Una estrategia es dejarles sonidos para que no se sientan solos, programarles el televisor para que se prenda una o dos horas al mediodía, o en la tarde para que él sienta que está acompañado. Ahora, también hay unas hormonas del estrés para gatos y perros que se le pueden poner en el collar. Con esto, ellos sienten más tranquilidad al olerlo y segregan mayores hormonas antiestrés”.
Con respecto al maltrato animal, Martínez asegura que dejarlos sin agua, sin comida, encerrados en el balcón o en condiciones lamentables, “sí es motivo para que los vecinos hagan la denuncia” y el responsable sea sancionado.
Finalmente, Silvia Padilla hace una recomendación para que se logre una convivencia sana y tolerante. “En los edificios de propiedad horizontal, tanto los administradores como los comités deberían reunirse y formular un censo de las mascotas, luego hacer el llamado a todos los dueños para socializar y crear un programa de cultura ciudadana para llegar a acuerdos y evitar sanciones”.